Quieres algo, lo necesitas con urgencia y, entonces, comienza la búsqueda para obtenerlo; y si es a un buen precio mejor. Preguntas a tus conocidos, cuestionas lo que te ofrecen en el establecimiento más cercano e, incluso, acudes a internet para buscar las ofertas de tu zona. ¿Qué estamos haciendo aquí? Está claro que queremos comprar, pero el acto de adquirir lo que necesitamos va acompañado también de otro factor importante: la confianza. Muchas marcas ya han puesto en marcha la relación que se establece entre comprador y el producto de confianza; como lo demuestra el Spot protagonizado Por Concha Cuetos, famosa farmacéutica de una serie de televisión que presta su imagen para ayudar perder el miedo a las compras online.
Iba por la calle con ese desconcierto que es palpable a kilómetros de distancia cuando tienes un problema y no sabes cómo resolverlo. Observaba los letreros de los establecimientos y, todo sea dicho de paso, eran feos y, su interior, qué puedo decir, desordenado y sucio. Muchos eran más un trastero que un almacén de venta al público. Cuando ya me iba a dar por vencida leí sobre la puerta, tallado en madera: «La ferretería de todos». En fin, yo era mujer y, por tanto, estaba dirigido a mí también. Así que entré, compré y terminé mi paseo balanceando arriba y abajo mi bolsa llena de alicates, tornillos y hasta un afilador de cuchillos; este último me lo vendió el comerciante porque adivinó que una mujer como yo no tendría un instrumento como ese.
A lo que voy es que la confianza que me ofrecieron en la ferretería, a la que entré gracias a un letrero que decía mucho más que «Ferretería» puede hacerla destacar entre la multitud; no solo por lo que ofrece sino por cómo llama tu atención. Así, tener una página web propia de la empresa, participar como promotor de eventos deportivos y humanitarios e, incluso, organizar promociones periódicas, anunciadas a través de la web corporativa y de las redes sociales, puede catapultarlos a una forma de hacer negocios que nadie puede ya ignorar: a través de internet y los vídeos corporativos.
Y es que no es lo mismo un electricista profesional que un «chapucillas» del que te habla una vecina. Es cierto que, si no conocemos a nadie, solemos recurrir a los conocidos para que nos recomienden a personas que trabajen en casa y a buen precio; pero muchas veces el precio es superior si se tiene en cuenta que realizan eso: chapucillas. Además, existen multitud de empresas que se han unido para ofrecer todos los servicios que requiere un hogar el s. XXI.
De hecho las mujeres y la compra a través de móviles están disparando las cifras de ventas online y, entonces, ¿por qué muchas empresas se niegan a ver los beneficios de ofrecer sus productos a través de internet?. La primera razón, como no, es económica. Lanzarse a crear un portal web y gestionarlo requiere una inversión cuyos resultados, a priori, no son fáciles de ver. Marketing, estrategias, comunicadores e indicadores SEO parecen ser una marea que no interesa por sus supuestos altos riesgos. Pero esto es un mito. Los jóvenes llamados millennials, las mujeres y ya también los hombres han asumido este tipo de consumo como el más eficaz por su calidad y por se el que mejor se adapta a su ritmo de vida.
La idea no es estar solo en internet, sino estar. Ya sea en internet, en las redes sociales, en los portales y plataformas especializados y, sobre todo, tener una propia web que hable de nuestros servicios y a la que los profesionales interesados puedan acudir a pedir y leer eso que tanto valoramos: una recomendación. Actualmente, todas las empresas que se publicitan en internet, o casi todas, están a favor de que los usuarios comenten lo que les ha parecido su servicio, si les funciona la compra realizada en sus instalaciones o, incluso, si no se han quedado satisfechos. ¿Por qué? Pues porque por muy bonitos que estén colocados los productos en los escaparates, por bien que huelan a nuevo, por increíbles que parezcan sus prestaciones; una vez están en casa con ellos lo que quieren es que funcionen. Por algo han pagado por ellos, y el dinero cuesta ganarlo, eso ellos lo saben bien y, al responder a sus comentarios les demostramos que los valoramos a ellos y a su dinero. De modo que, si hoy día quién no está en internet no existe, ¿quieres que tu negocio exista?