La formación y educación es la mejor prevención para la extinción contra incendios. ¿Sabríais tú o el personal de tu empresa utilizar de forma adecuada los extintores de incendio en caso de que «saltara la alarma»?
‘Este año a todos se nos ha quemado algo’. Con esta frase hacía alusión un anuncio navideño de la empresa Campofrío a la tragedia que sufrió su fabrica en Burgos el pasado mes de noviembre. Un incendio fue el causante y, como consecuencia, el trabajo de mil empleados y, por extensión, la capacidad financiera de la compañía, que invirtió más de 60 millones de euros en la puesta en marcha de estas instalaciones, quedaron calcinadas. ¿El origen? Al parecer un cortocircuito eléctrico; fortuito pero tal vez previsible. Pese a que finalmente la aseguradora asumió los daños, dejó al descubierto la fragilidad de los puestos de trabajo y de la vida misma de los empleados ante semejante catástrofe. Sin embargo, este suceso, llamativo por la empresa de la que se trata y el gran número de afectados, podría trasladarse a otros muchos espacios laborales donde, sin la adecuada prevención, el fuego podría acabar con todo.
La mejor prevención es la educación. Ya sea en el hogar, en la oficina o incluso en las vías de circulación o en los aeropuertos, el tiempo de reacción es vital para salvar vidas. Evitar el peligro es la mejor arma contra los incendios. De ahí que los profesionales en prevención, protección, extinción y evacuación en caso de incendio se esfuercen en la formación y la difusión de la cultura preventiva. Y es que tanto ellos como la población en general deben tener en cuenta que el fuego es un alemento vivo, que crece con la ayuda directa o indirecta de los que están a su alrededor.
Si tenemos en cuenta los diferentes tipos de fuego que existen, veremos que si bien la mayoria tienen su origen en productos inflamables, el relativo a las instalaciones eléctricas deja expuestos al riesgo permanente los puestos de trabajo, con ordenadores o maquinaria conectados siempre a la red eléctrica. De hecho, la electricidad fue la causante del incendio en la fábrica de Burgos de Campofrío. Sin embargo, hay más causas de fuego de las que podría imaginarse:
- Fuego 1. La causa procede de combustibles sólidos: madera, papel, telas, plásticos, etc.
- Fuego 2. Se trata de fuego violentos, con peligro de explosión por causa de combustibles líquidos o gaseosos como grasas, pinturas, aceites, solventes, ceras, etc.
- Fuego 3. Se produce sobre materiales eléctricos o cerca de instalaciones eléctricas (como ordenadores, enchufes, etc) y nunca se debe echar agua sin comprobar antes la instalación eléctrica.
- Fuego 4. Relacionado con los metales combustibles (magnesio, aluminio, titatio, etc).
Es por esto que, aparte de las medidas necesarias para la formación en prevencion, protección, extinción y evacuación en caso de incendio del personal de nuestra empresa, la realización de simulacros permite calibrar la calidad del Plan de Autoprotección de las empresas, así como las reacciones de los empleados ante situaciones de peligro por fuego. Gracias a ellos, además, estos sabrán actuar ante una emergencia. La realización de estos simulacros está regulada a través del Plan de Autoprotección de la empresa, que se estructura, según el Real Decreto 393/2007 de 23 de marzo, (esta nueva normativa deroga la Orden Ministerial de 29 de noviembre de 1984), en nueve capítulos:
- ¿Qué o quién realiza la actividad?
- ¿En qué consistirá el simulacro?
- Analisis del nivel de riesgo de la simulación.
- Descripción de las medidas y medios a evaluar.
- Nivel de mantenimiento de las instalaciones donde se realizará el simulacro.
- ¿Cómo se establecerá el plan de emergencia?.
- Poner en relación el Plan de Autoprotección de la empresa con otros planes de instancias superiores como los establecidos por los ayuntamientos, comunidades autónomas, hospitales, etc.
- Puesta en marcha del Plan de Autoprotección de la empresa.
- Análisis de los resultados del Plan de Autoprotección tras el simulacro y previsiones para el mantenimiento de su edificación.
Pero además de probar la eficacia del Plan de Autoprotección de las empresas periódicamente a través de un simulacro de emergencia, es importante mantener la cultura de la prevención contra incendios a través de estas indicaciones básicas de prevención:
- Conocer las salidas del edificio, escaleras y rutas de escape si se llega a un lugar desconocido.
- Revisar los elementos y aparatos con los que se cuenta para la extinción de incendios y su ubicación.
- Controlar el mantenimiento de los elementos y aparatos para la extinción de incendios como la caducidad de los extintores y el estado de las mangueras.
- Ubicar o solicitar la instalación de luces de emergencia en los espacios comunitarios.
- Disponer de un plan de emergencias y un mapa del edificio.
- Participar, siempre que haya, en los silumacros de evacuaciones de emergencia.
Pérdidas cuantiosas de material y maquinaria, edificios calcinados e inversiones millonarias, así como el esfuerzo de años de trabajo son las mínimas consecuencias de un evento con fuego en el lugar de trabajo; y eso con suerte. De hecho, si se diera el caso de que hubiera víctimas mortales y se demostrase que el incendio pudo haberse evitado, la responsable en última instancia es la empresa, pudiendo verse involucrada incluso en una causa penal ante la justicia.
Así es que lo mejor es mantenerse al día en las acciones para la prevencion de riesgos laborales relacionados con el fuego. Gracias a ello, al hacer el balance anual de las pérdidas y los beneficios, a la empresa no se le habrá quemado nada.